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lunes, 28 de enero de 2008

Tu Negocio de Decoración en la Red

Cuando todo el mundo habla de integrar su negocio a la red, la pregunta que se plantean las PYMES o los emprendedores es si es posible todavía hacerse un hueco en el mercado de Internet a partir de unos recursos moderados o, incluso, reducidos.

Es decir, qué posibilidades tiene una Pyme, de pasar con éxito a la red a partir de sus recursos moderados frente a los de sus competidores más fuertes.

Mi respuesta es que es posible hacerlo, siempre que se ha­ga un planteamiento correcto y se saque provecho a todos y cada uno de los recursos de que disponemos.
Los pasos son diferentes entre el caso de una empresa existente en el mercado físico que preten­de pasar al mercado virtual o el caso de una iniciativa nueva.

En este último caso, el proceso es más simple pues estamos libres de cualquier tipo de ataduras. Los que tienen ya una empresa en marcha, deben ver su negocio desde una óptica completamente distinta de la que acostumbran hacerlo en su negocio offline.

Definición del público objetivo

Internet es un enorme mercado, tanto, que hay internautas interesados en cualquier tema y buscando cualquier tipo de productos o servicios. Es un gran conglomerado de mercados-nicho, casi todos ellos pendientes de ser definidos y descubiertos. (Ejemplo: el mercado de las cortinas confeccionadas con telas pintadas a mano. Obviamente, existe un mercado co­mo ese repartido por todo el mundo. Pero todavía nadie lo ha creado. Nadie se ha dirigido a ese mercado).

Imaginemos Internet como un inmenso mar en el que flotan centenares de millones de internautas. Nuestro objetivo es conseguir que nuestros clientes potenciales emerjan de ese mar y levanten el brazo. Que se identifiquen ante nosotros. Para ello, lo primero que debemos hacer es definir a qué tipo de clientes nos vamos a dirigir.

* ¿Qué perfil tienen?
* ¿Qué problemas tienen?
* ¿Qué buscan?

Después, diseñaremos la estrategia adecuada para dirigirnos a ese tipo de clientes y solo a ése. Un error a evitar es la tentación de definir un perfil muy general para abarcar la mayor parte del mercado.

Posicionamiento

Una vez que ya hemos definido a quiénes vamos a dirigirnos, debere­mos definir qué imagen de nosotros vamos a desear que tengan. Es decir, con qué concepto querremos que nos asocien.

Qué rol quere­mos poseer en la mente del cliente. Siguiendo con el ejemplo, nues­tro objetivo es conseguir que cuando alguien piense "cortina pintada a mano" le venga a la mente nuestro nombre.

Para definir este concepto, deberemos hacer un autoanálisis de la empresa.

* ¿Qué es lo mejor que sabemos hacer?
* ¿Qué es aquello que hacemos mejor que nadie?
* ¿Quizás aquello en lo que somos únicos?

Es también muy importante que seamos los primeros. Por eso, si otros de nuestro sector ya están en la red, debemos definir un nuevo mercado.

Como ejemplo, no podemos pretender hoy abrir una tienda que venda cortinas, pero sí tiene sentido, probablemente, abrir una tienda que venda cortinas confeccionadas con telas pintadas a mano. Esta sería una nueva categoría y seríamos los primeros en abordar este segmento. Ser el primero es muy importante, porque el pri­mero es recordado "automáticamente" por el público y tiene todas las probabilidades para convertirse en el líder.

Contenidos

Una vez que sabemos a quién vamos a dirigirnos y cómo queremos que nos identifiquen, es el momento de definir los contenidos que les vamos a ofrecer.

Aquí no hablamos de los productos o servicios que les vamos a vender, sino de los contenidos de infor­mación que vamos a proporcionarles a través de la web y del correo electrónico.

La única razón por la que van a visitar repetidamente nuestro sitio son los contenidos que saben que van a encontrar en él. Podemos hacer una amplísima campaña promocional consiguiendo con ella atraer a muchos navegantes hasta nuestras páginas, pero si los contenidos que encuentran ahí no les satisfacen, seguramente no regresarán.

Puestas así las cosas, debemos preguntamos:

* ¿Qué podría intere­sar a mis clientes objetivos?
* ¿Podemos imaginar algo que les atraje­ra irresistiblemente?

La creatividad y la imaginación desempeñan aquí un papel funda­mental.
Probemos servicios nuevos y presentémoslos de forma novedosa. Atrevámonos a equivo­carnos. Sólo así podremos descubrir nuevas posibilidades y, pro­bablemente, algunas de ellas funcionen.